La médula espinal es sensible a las lesiones y su capacidad de repararse a sí mismo si está dañado es limitado. Estas lesiones se producen por traumatismo, compresión del tumor o infección, o la pérdida de suministro de sangre normal. En los EE.UU., hay aproximadamente 10.000 nuevos casos de lesión de la médula espinal cada año.
Causas
Las lesiones de la médula espinal son más a menudo traumática causada por la dislocación y la hiperflexión o hiperextensión de la cuerda. Caídas, accidentes de tráfico, y las lesiones relacionadas con el trabajo son también comunes las lesiones traumáticas de la médula espinal. Lesiones no traumáticas incluyen el cáncer, infección o inflamación.
Síntomas
Una lesión de la médula espinal pueden causar debilidad o parálisis, así como el dolor o pérdida de sensibilidad en las zonas afectadas. Las lesiones más graves afectan a la función de la médula espinal por debajo de la zona lesionada. En una lesión medular incompleta, algunas o todas las funciones por debajo de la zona lesionada no pueden ser afectadas. Por el contrario, con una lesión medular completa, se pierde toda la funcionalidad por debajo del área lesionada.
Tratamiento
Desafortunadamente, el daño hecho a la médula espinal no es reversible. El objetivo principal para los médicos es establecer el diagnóstico e iniciar el tratamiento para prevenir una lesión neurológica. Por ejemplo, la cirugía puede ser necesaria para eliminar partes de las vértebras que se han roto y se comprime la médula espinal. Una combinación de tornillos de metal, varillas, y las placas se puede implantar para estabilizar aún más la columna vertebral hasta que las vértebras a curar.
Una vez estabilizada la lesión inicial, la atención se dirige a la prevención de problemas secundarios que se produzcan tales como infecciones respiratorias, problemas intestinales y de la vejiga, y coágulos de sangre.
Rehabilitación agresiva y la terapia física después de la cirugía maximiza la recuperación. Si hay alguna recuperación de la función, la mayoría de los que va a pasar dentro de los primeros seis meses de rehabilitación. Cualquier pérdida de la función aún está presente después de un año es probable que siga siendo permanente.